6 de marzo de 2017

[REVIEW] IMMOLATION... “Atonement”


[REVIEW] IMMOLATION... “Atonement”

Track List
01. The Distorting Light
02. When the Jackals Come
03. Fostering the Divide
04. Rise the Heretics
05. Thrown to the Fire
06. Destructive Currents
07. Lower
08. Atonement
09. Above All
10. The Power of Gods
11. Epiphany
12. Immolation

Dicen por ahí que corregir los errores propios no es una virtud. Y es así. Pero siendo esa la regla, Immolation vino a ser la memorable excepción. Desde que hace aproximadamente un par de meses se develó la portada del que sería el nuevo disco de los neoyorquinos, y los fanáticos de esta legendaria agrupación pudimos deleitarnos al ver el viejo logo de la banda (aquél que injustificadamente abandonaron para su disco del 99), fue emocionante. Parte del trabajo estaba hecho, corrigieron aquél desacierto. Luego correspondía esperar, y así fue.

Vino el primer sencillo de este Atonement, titulado “Destructive Currents”, y esa gran pieza hizo honor a su título, un track destructivo de principio a fin, que más allá de asomar alguna variante en la constante calidad de la banda, nos venía a reafirmar que Immolation son una leyenda que tal vez no ha recibido el reconocimiento histórico que merecen, poseedores de un atributo que pocas agrupaciones pueden tener actualmente: No han tenido un disco malo en toda su carrera. Más allá de que su reciente Kingdom of Conspirancy, aún siendo excelente, no alcanzó el nivel de los predecesores, probablemente por haber perdido un poco esa esencia y atmósfera oscura característica de la banda y haber asomado cierto tecnicismo en la producción, esta banda jamás ha tenido un tropiezo, y puede jactarse de tener una discografía perfecta en su haber. Así de buenos han sido. Dignos representantes de la honestidad musical, del respeto al sonido propio, de fidelidad al estilo que los hizo respetables en la escena. Aquí no hay blastbeats injustificados, ni esmero en sonar distinto a lo que han construido a través de los años, ni ningún intento de negar su pasado, más bien todo lo contrario, pues este Atonement sirve para demostrar que siguen firmes a su legado, legado que en este 2017 sigue aún más fortalecido gracias a esta obra maestra.

Tal vez pueda leerse un poco exagerado pero, en resumidas cuentas, este Atonement tiene una importancia vertebral en la discografía de Immolation, ya que es un disco que supera a varios lanzamientos anteriores de la banda, y esto no es cualquier cosa. Dejando a salvo el mítico Dawn of Possession, al menos desde nuestra óptica este álbum es superior a obras maestras como Shadows in the Light, el recientemente aclamado Majesty and Decay, y llegando a rozar el estatus de aquél Unholy Cult de 2002, que es uno de los mejores discos de toda la historia del Death Metal.


Immolation - Fostering The Divide

En Atonement se mantiene la línea retorcida y nada monótona de Immolation, con un sonido ideal, sin matices superficiales de las nuevas tendencias que ensucian la némesis del Death Metal, sin ápice de voces limpias, con un Ross Dolan firme, intacto, manteniendo su nivel vocal por encima de muchos otros legendarios cantantes del género. El papel de Ross Dolan al bajo es memorable, sí, pero debemos insistir en ese otro aspecto de su desempeño musical, y es que casi tres décadas después, este músico sigue cantando igual o mejor que hace muchos años. Su voz se mantiene incólume, invariable, soltando growls como hace tantos años, sin desperdicio alguno. Es digno de admirar que la calidad se mantenga en una banda a través de las décadas, e incluso se supere, principalmente en un género como el Death Metal, que últimamente se ha visto atacado por el modismo de las sobreproducciones, siempre con el objetivo de captar nuevas generaciones de fanáticos. Adicionalmente, la banda cuenta con un Robert Vigna memorable, especial, idílico, que viene a consolidarse como uno de los guitarristas más minusvalorados del Death Metal, y sin temor a equivocarnos, del Metal en general. ¡Qué clase de guitarrista es Robert Vigna! Logrando sazonar todo este trabajo, así como el resto de la sobresaliente discografía de estos neoyorquinos, con oscuridad plena, creando un ambiente aciago, fatídico, rozando con majestuosa delicadeza la melancolía. Pero no una melancolía similar a la producida por corear ebrio Wasted Years de Iron Maiden, no. Esto es algo distinto, y quienes entienden la música de Immolation comprenden lo que se intenta explicar. Robert crea una atmósfera siniestra, que pocos guitarristas logran perfeccionar; tal vez pudiéramos nombrar al mítico John McEntee de Incantation, o Jussi Kiiski de los fineses Demigod, entre otros no muy numerosos que realizan esta clase de trabajos, pero creo que Vigna es único en su especie.

Volviendo a Atonement, tenemos que este disco nos brinda temazos, mantiene esa forma sui generis de composición retorcida, con bases rítmicas que no resultan monótonas, y que perseveran en la exquisita fórmula practicada durante casi 30 años: muchos medios tiempos de calidad exacerbada, con esporádicos breakdowns, y esos toques Groove que ya son marca de la casa, además de la excepcional sinergia entre batería y guitarra, resaltándose –y aquí lluevo sobre mojado- el preponderante papel de Robert Vigna. Por su parte, el baterista Steve Shalaty, una vez más, ha de dejarnos boquiabiertos con su desempeño; como se ha vuelto costumbre desde su participación en varios discos de la banda (Harnessing Ruin, Shadows in the Light, Majesty and Decay y Kingdom of Conspirancy) ha partido los cueros de un modo impresionante. La única crítica a lo largo de la participación de Steve en Immolation pudiera ser el sonido sobreproducido, artificial y común de la batería en el Kingdom of Conspirancy, pero cualquier pifia, por muy insignificante que haya tenido, se ve superada con su magnífica aportación y desempeño en este Atonement. Sencillamente brutal.

En general, Atonement da una sensación de que ningún tema es mejor que otro, tal como si premeditadamente hubieran planificado componer 11 singles, como si la banda se hubiera propuesto avasallar tanto a las disqueras actuales como a los fanáticos ávidos de cambios. Desde el primer minuto de “The Distorting Light” se divisa la esencia de la banda, resumido en un temprano Groove que sirve de antesala a un solo de guitarra corto pero que representa un salvaje preámbulo de la descarga sonora que se avecina a lo largo de los casi 50 minutos de duración del álbum; la melodía inicial de “When the Jackals Come” logrará sacar una sonrisa maliciosa a cualquiera que haya disfrutado del Close to a World Below, pues las reminiscencias de ese discazo son traídas de vuelta en este tema. Además de las mencionadas, en “Rise the Heretics” conseguimos uno de los cortes más desenfrenados del disco, con blastbeats continuos llegando a una especie de conclusión compositiva al minuto 1:11 en el que el contraste del doble bombo a toda velocidad y las melodías de Vigna producen una sensación de agrado extremo, que por último desemboca en una especie de porción semiacústica que deleita con demasía gracias al contraste entre “sutileza” y oscuridad generado por los neoyorquinos. Esto, señores, es Immolation. Ni más ni menos.

Con “Throw the Fire” hay una evocación a temas clásicos de la banda, de corte lento, con excelentes riffs, y un Dolan sobresaliendo (sí, aún más) por encima de tal deleite sonoro. En realidad, tal como fue mencionado anteriormente, el grueso de los temas es de un altísimo nivel, por lo que dar apuntes muy específicos de cada track nos dejaría milenios pegados tras un teclado intentando describir cada detalle de este trabajo, más aún cuando con las sucesivas escuchas se pueden apreciar más y mejores pinceladas musicales. 

Pudiera afirmarse, corriendo un alto riesgo de errar, que “The Distorting Light”, “Fostering the Divide”, “Destructive Currents”, “The Power of Gods” y “Lower”, tienen una pequeña relevancia en relación a las demás canciones, pero la totalidad del álbum es excelente. Además, hay una edición limitada que contiene una reciente versión regrabada del tema “Immolation”, último track del inigualable Dawn of Possession, lo cual añade un toque más especial a este álbum.

Concluyendo, tenemos que los creadores del Unholy Cult se han mandado otro discazo, cuya escucha debe ser obligatoria para todo aquel que valore el Death Metal… eso sí, el Death Metal de siempre, sin compromisos, sin medias tintas, sincero, honesto, crudo y acorde con las raíces del género. Este trabajo pasará a la historia como uno de los mejores de Immolation. Y si el lector conoce la discografía de esta gran banda, leyendo esto sabrá que no estamos frente a cualquier disco, sino frente a una verdadera obra maestra. Por eso y más, Atonement entra, desde ya, en el listado de mejores lanzamientos de este 2017.

Valoración: 9.5/10 


Caracas | Enero 2017.



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