7 de junio de 2016

[Review] Katatonia... The Fall Of Hearts


Evolución, un término arriesgado en la música, y muy especialmente en el Metal. Una palabra que puede significar la debacle artística de una banda si no se aplica con premeditación quirúrgica. La historia del Metal está plagada de grupos que han perdido fanáticos por vuelcos musicales radicales, hechos sin anestesia, sin avisar, dejando al escucha paralizado, a veces confundido, ocasionando que éstos detesten a una o varias agrupaciones que alguna vez idolatraron. Los ejemplos sobran, pero aquí se omiten para no herir susceptibilidades. En ese orden de ideas, la evolución musical constituye un fenómeno que se ha palpado muchísimo en los últimos 15 años en varias bandas; aleatoriamente, y sólo a título de ejemplo, podemos mencionar a Sentenced, quienes representan una muestra de acertada evolución musical, ya que transitaron de un Death Metal perfectamente ejecutado en “Shadows of the Past” de 1991, hasta terminar su carrera con “The Funeral Album” en 2005, una obra gótica colindante con el Rock, y todo exitosamente, sin que nadie pueda decir que Sentenced haya perdido calidad durante su trayectoria musical.

Al igual que el ejemplo mencionado, Katatonia es otro digno ejemplo de exitosa evolución musical; iniciando su carrera con un Death Doom de primera categoría como el practicado en obras como “Dance of December Souls” y “Brave Murder Day”, han llegado al disco que hoy reseñamos, “The Fall of Hearts”, que pudiera ser definido como un cóctel de estilos que se traducen en una agradable muestra de Metal Progresivo, Gótico e incluso depresivo. Como suele ser costumbre, lo anterior no exime a la banda de ser criticada por su transformación musical, pues aún se leen críticas de personas desubicadas en el tiempo, que no asimilan que Katatonia, desde hace 20 años (sí, 20 años) no usan voces guturales, ni practican el mismo Death Doom que alguna vez hicieron. Es absurdo e ilógico aparecerse dos décadas después a reclamar que Katatonia vuelva al sonido de sus primeros discos; esto sería como criticar a Carcass porque “Surgical Steel” no suena nada parecido a “Reek of Putrefaction”, o haber criticado a Death porque “The Sound of Perseverance” no suena como el “Scream Bloody Gore”. Pero al fin y al cabo, motivadamente o no, siempre habrá detractores.

Los fanáticos de la banda que hemos seguido fielmente la transformación musical de esta agrupación sabemos de antemano a qué atenernos cada vez que nos topamos con un nuevo lanzamiento de estos suecos. En lo personal, y en atención a los cambios musicales que ha experimentado Katatonia, esperaba un disco mucho más apacible que este, pues después de “Dead End Kings” esta banda editó varios trabajos que hacían suponer un viraje a un estilo aún mucho más calmado que lo hecho anteriormente: El disco “Dethroned & Uncrowned” de 2013 (contentivo de los mismos temas de “Dead End Kings” pero acústicos), luego el EP Kocytean de 2014 (trabajo compuesto en su mayoría de temas muy sosegados y lentos) y, por último, en 2015, el concierto acústico “Sanctitude”, hacían pensar que podían cambiar definitivamente a un sonido mucho más accesible que el practicado hasta el momento. Incluso, el primer single de adelanto de “The Fall of Hearts” fue “Old Hearts Fall”, uno de los temas más suaves del álbum, lo que nos catapultaba a inferir que este trabajo seguiría esa línea. Y no fue así.

Este reciente álbum editado por Katatonia es la lógica consecuencia de la labor realizada durante mucho tiempo, ya que contiene esas melodías que les han caracterizado, pero han incrementado los matices progresivos en su trabajo; “The Fall of Hearts”, su nuevo álbum, parece la continuación del anterior “Dead End Kings”, una obra que ya asomaba ciertas influencias de bandas como Opeth (la verdad no sé si la amistad de Jonas Renkse y Mikael Akerfeltd haya tenido algún peso en el viraje musical de Katatonia) y Tool (incluso llegando a niveles casi descarados de emulación como en el tema “Dead Letters” que fácilmente pudiera percibirse como una vulgar copia de los riffs de “Jambi”, del exitoso “10,000 Days”), por lo que la banda en este trabajo lo que hizo fue profundizar sobre un aspecto ya medianamente asomado en sus predecesores. 

En esta ocasión Katatonia ha continuado con ese sonido, y esas mismas influencias se perciben a granel, llegando incluso a distinguirse una que otra remembranza a Anathema (obviamente en sus últimos trabajos) en temas como “Serein” o en el inicio del primer tema “Takeover”; de modo que las personas que disfrutaron del disco anterior, seguramente disfrutarán al escuchar “The Fall of Hearts”, pero si, por el contrario, “Dead End Kings” no fue del agrado de algún fanático, será muy difícil que le guste este nuevo disco. En temas como “The Last Song Before the Fade”, “Takeover” (pasado el primer minuto) o “Sanction”, se perciben claros extractos progresivos, en los que la banda repite la exitosa fórmula implementada en trabajos anteriores: acelerar el ritmo, suspender instrumentalmente dando espacio a Jonas para que nos atrape con su melodiosa voz y luego retomar la secuencia musical. El trabajo guitarrístico es excelente, la labor de Anders Nystrom sigue siendo magistral, demostrando que ha mantenido intacta su indiscutible capacidad de endosar sensaciones melancólicas tanto en la etapa más pesada de Katatonia así como en los nuevos discos, creando atmósferas cargadas de feeling. La compenetración de Nystrom con el bajo (percibido a plenitud a lo largo de este disco) hace que Jonas Renkse pueda surfear con facilidad y elegancia con registros vocales sumamente melódicos, tal vez sea porque hubo varias pistas de bajo grabadas por el propio Nystrom y no por Niklas Sandin. Ahora bien, muy a pesar de ser sublimes y acordes con el sonido actual de la banda, esos registros a veces pueden llegar a ser monótonos, toda vez que el vocalista ha prescindido (premeditadamente, al parecer) de implementar esa forma de cantar utilizada en discos como “Discouraged Ones” y “Tonight's Decision”, en la que se adaptaba a las partes más Doom ejecutando voces limpias pero transmitiendo cierta desesperanza. Ese pudiera ser, en principio, uno de los aspectos mejorables de este álbum.


El trabajo en la batería era uno de los tópicos que nos mantenía a la expectativa a los fanáticos de Katatonia, pues Daniel Liljekvist, el baterista que acompañó a la agrupación durante la transición musical que mencioné en las primeras líneas, abandonó la banda. Daniel Moilanen, el nuevo batería, cumple su rol de modo acertado, logrando que los fanáticos extrañemos un poco menos a Liljekvist. Los parches se mantienen destacándose por el característico doble pedal muy al estilo de la banda (probablemente esto haya sido exigencia de Renkse y Nystrom), así como por repiques destacables ejecutados después de las pausas melódicas que son sello de Katatonia.

La producción del disco, como suele ser costumbre, es impecable; al fin y al cabo fue masterizado por Jens Bogren, quien además de haber puesto su magia en los recientes discos de la banda, cuenta con un currículo del que no cualquiera puede presumir. Este señor ha producido y masterizado trabajos de bandas exitosas como Amorphis, Enslaved, Bloodbath, At the Gates, Ihsahn, y pare usted de contar. Aparte de los maestros Dan Swano y Peter Targten, Jens ha sabido ganarse un indiscutido respeto en la escena metalera europea, y el sonido de “The Fall of Hearts” así lo certifica. Los temas más destacables del álbum son, al menos desde nuestra óptica, “The Last Song Before the Fade”, “Sanction”, “Serac”, para quienes prefieren matices claramente progresivos; y para quienes les guste el lado más apacible de la banda, “Old Hearts Fall” y “Shifts”. Además, seguramente con “Takeover” habrá unanimidad de gustos, pues con su coro pegadizo apreciaremos, de manera irrefutable, que esto es Katatonia. 

Ahora bien, necesario es resaltar que no todo es positivo. Uno de los aspectos negativos de este disco (además del mencionado precedentemente sobre la monotonía de Jonas Renkse) es que es muy largo (la versión que he escuchado dura 72 minutos, y recién me enteré de que hay otras aún más largas, con tres bonus tracks y un cover de Judas Priest, lo que lo haría mas tedioso aún); este disco es incluso más largo que la edición remasterizada de “Brave Murder Day” (que contiene tres temas de bonus), en el que practicaban Doom Death Metal (estilo que se caracteriza por lo prolongado de sus temas), y ni siquiera ese disco es tan extenso como “The Fall of Hearts”, lo que genera que en determinados momentos se haga tediosa su escucha, y no sólo por lo prolongado, sino por lo lineal que suelen ser algunos temas al final del disco, pudiendo llegar a sentir que una canción sea igual a la otra; este es un defecto palpable en muchos estilos musicales dentro del Metal, y si lo dudan, escuchen “Assassination” de Krisiun, un disco que pareciera que todos los temas son el mismo. Aún sin llegar a ese nivel, sí puede experimentarse ese fenómeno al final de “The Fall of Hearts”, pero a pesar de esos defectos, los aspectos sobresalientes del disco no son opacados dramáticamente, resultando, en definitiva, un álbum con balance positivo en términos generales, y lo más importante, con temas que indudablemente serán de obligatoria ejecución en las presentaciones en vivo de la banda.

En síntesis, este es un buen trabajo de Katatonia, que sigue siendo fiel a la tendencia musical asumida desde “Discouraged Ones” y solidificada hace una década con “The Great Cold Distance”; un álbum muy bien producido, con excelente sonido e ideas, que los mantiene en la palestra del Metal mundial, y principalmente en Europa, donde tienen una inmensa cantidad de fans que seguramente estarán más que satisfechos con “The Fall of Hearts”. Aún así, no creo que éste sea mejor que su disco anterior, y obviamente tampoco se compara con joyas como “Last Fair Deal Gone Down”, pero sí cumple las expectativas propias de la banda, y respeta el que se ha convertido, hasta ahora, en su sonido característico. A pesar de ello, los fanáticos más acérrimos de la primera etapa de la banda odiarán este disco (ya va siendo hora de que superen el cambio, ya pasaron dos décadas), pero los fanáticos de bandas como Tool, Opeth, Anathema o Leprous, además de quienes hemos disfrutado de discos como “The Great Cold Distance” o “Dead End Kings”, sí disfrutamos escuchando “The Fall of Hearts”, el cual, repito, mantiene el sonido e intención que la banda ha aplicado desde hace unos cuantos años. No hay motivos para sorprenderse, y guste o no, este es el sonido de Katatonia. Disfrutémoslo.

Elaborado por Jorge Arzolay [ TDK Rock ]



1 comentario :

truemetalx dijo...

Excelente y muy puntual reseña para una banda y un gran álbum.